Elon Musk, el polémico empresario y dueño de la plataforma X (anteriormente conocida como Twitter), ha vuelto a encender las redes sociales al tomar una decisión radical: eliminar todo contenido relacionado con Disney que considere influenciado por ideologías “woke”. Según Musk, este tipo de mensajes no solo no son apropiados para los niños, sino que además contribuyen al “lavado de cerebro cultural” que, según él, está afectando negativamente a las nuevas generaciones.
En un mensaje publicado recientemente en su cuenta personal, Musk declaró: “La infancia debe ser un espacio para crecer y aprender sin adoctrinamiento. No permitiré que estas narrativas dañen a nuestros hijos.” Esta declaración ha generado una ola de reacciones, tanto de apoyo como de críticas.
Los seguidores de Musk aplauden su postura, argumentando que está protegiendo los valores tradicionales y cuestionando el impacto de los mensajes que promueven la “cultura woke”. Sin embargo, los críticos han calificado esta acción como un ataque a la diversidad y la inclusión, principios que Disney ha tratado de reflejar en sus producciones en los últimos años.
El movimiento de Musk también ha levantado preguntas sobre la censura y el control que las grandes plataformas tecnológicas ejercen sobre los contenidos que circulan en ellas. Algunos expertos señalan que esta decisión podría marcar un precedente peligroso en términos de libertad de expresión, ya que refleja el poder unilateral de los dueños de las redes sociales para decidir qué contenido es válido o no.
Mientras tanto, Disney no ha emitido un comentario oficial al respecto, pero fuentes cercanas a la compañía afirman que esta situación podría escalar hacia un conflicto legal.
La acción de Musk, como siempre, ha polarizado a la opinión pública, colocando nuevamente al empresario en el centro del debate sobre los límites de la libertad cultural y el poder de las plataformas digitales en la sociedad contemporánea.