La WWE vuelve a estar en el ojo del huracán tras una noche completamente explosiva y caótica que dejó a los fanáticos en estado de shock. En un giro inesperado de los acontecimientos, Paul Heyman anunció la suspensión inmediata de CM Punk, lo que desató una ola de reacciones furiosas en la arena y en las redes sociales.
Todo comenzó durante el último episodio de SmackDown, cuando CM Punk subió al ring para confrontar a Heyman sobre decisiones internas que, según él, estaban perjudicando su carrera. La discusión rápidamente se tornó personal, con Punk acusando a Heyman de manipular el roster en favor de Roman Reigns. Heyman, visiblemente molesto, tomó el micrófono y gritó que CM Punk estaba oficialmente suspendido, con efecto inmediato.
Pero lo que nadie esperaba era lo que vino después.
Sin previo aviso, Roman Reigns irrumpió en el ring y atacó brutalmente a CM Punk, en una secuencia que muchos calificaron como “fuera de guión”. El ataque fue tan intenso que los árbitros y oficiales de la WWE tuvieron que intervenir para evitar que Punk sufriera lesiones mayores. Algunos reportes indican que Reigns incluso se negó a detener el ataque cuando se le ordenó por los productores del show.
Minutos después del caos, comenzaron a circular en redes sociales videos filtrados del backstage, mostrando a Heyman dando instrucciones y a Roman Reigns preparándose para lo que parece haber sido un asalto planeado. Los fanáticos se dividieron: ¿fue todo parte de una storyline o WWE ha cruzado una línea peligrosa?
La dirección de WWE aún no ha emitido un comunicado oficial, pero fuentes internas sugieren que este “segmento” pudo haber sido más real de lo que parece. El nombre de CM Punk volvió a ser tendencia global, con miles de fans pidiendo su regreso inmediato y otros criticando su conducta previa al incidente.
Con la WrestleMania a la vuelta de la esquina, el futuro de CM Punk en la WWE queda en el aire… y Roman Reigns, una vez más, demuestra que puede causar estragos dentro y fuera del ring.