La WWE ha vivido una de sus noches más extrañas y tensas en años. Todo ocurrió durante la grabación de Monday Night RAW, cuando Jey Uso fue brutalmente atacado por lo que parecía ser un fanático del público. La transmisión se cortó por unos segundos, y la seguridad intervino de inmediato. Sin embargo, lo que parecía un incidente aislado ha acabado revelando algo mucho más oscuro.

Triple H ha roto el silencio y ha anunciado un veto permanente al “atacante”, dejando claro que se trató de una violación total de la seguridad y del respeto al espectáculo. Pero lo que más sorprendió fue la identidad del agresor, revelada horas después: no era un verdadero fan, sino una persona vinculada al entorno creativo de un rival de Jey Uso, infiltrado con autorización falsa.
“Esto no es parte de un show. Es algo que jamás permitiremos. Está oficialmente expulsado para siempre”, declaró Triple H, visiblemente furioso. La investigación interna ha generado nerviosismo entre los luchadores, y se habla de sanciones internas por permitir ese acceso indebido.
WWE está revisando todo el sistema de acreditaciones y entradas especiales, y según fuentes de SUPLEX SAGA, este ataque podría tener consecuencias incluso en la historia de The Bloodline. Algunos ya especulan con que el incidente fue planeado por miembros de la facción de Solo Sikoa para debilitar a Jey psicológicamente.
La reacción de los fans ha sido masiva. Hashtags como #JusticeForJey y #TripleHBan han sido tendencia en redes, mientras que muchos exigen más respuestas.
Por ahora, Jey Uso se encuentra fuera de peligro, pero emocionalmente afectado. “No esperaba eso… ni siquiera sabía quién era al principio”, dijo brevemente a medios locales.
¿Quién está realmente detrás de esto? ¿Y qué hará Triple H si se confirman más implicados?